por Guillermo Villarreal
En un contexto de ajuste, despidos en el sector público y privado, y alza de precios en alimentos y servicios esenciales, la Iglesia aparece cada vez más comprometida en la escucha, la mediación y el acompañamiento de los reclamos sociales.
La reacción de los obispos católicos es consecuencia de una coyuntura económica y social que, según la Universidad Católica Argentina (UCA), sumió en la pobreza a 1.400.000 personas más en los tres primeros meses del año. Un tendal de pobres que llegó al 29 por ciento durante la “década ganada” por el kirchnerismo y hoy alcanza al 34,5 por ciento de los argentinos.
El compromiso renovado de los obispos responde también a la prédica permanente del papa Francisco a favor de “una Iglesia pobre y para los pobres” y “embarrada” en lo social.
“Prefiero una Iglesia ‘en salida’ y no recluida, que sale al encuentro de las personas, sobre todo de los más necesitados y vulnerables”, pidió más de una vez el pontífice.
Con esta exhortación espiritual sobre sus espaldas, los obispos argentinos ya advirtieron que no callarán ante las injusticias sociales y se comprometieron a fomentar instancias de diálogo para que los conflictos no terminen en crisis.
Por eso la Conferencia Episcopal Argentina, que preside monseñor José María Arancedo, ratificó a principios de mes que va a estar del lado de los desprotegidos, excluidos y sobrantes, al reclamarle al presidente Mauricio Macri que trabaje en un “sistema que incluya a todos”.
En esta línea, la Iglesia presentará la semana próxima el mensaje por el Bicentenario de la Independencia aprobado en el último plenario episcopal y que, se anticipó, incluirá sugerencia para el diálogo, la unidad y la reconciliación de los argentinos. Un texto que los obispos pretenden no quede atado a la coyuntura, sino que se transforme en el “documento programático” de la Iglesia en materia social.
Paralelamente, obispos y gobernadores del Noroeste Argentino (NOA) mantendrán el miércoles un encuentro en San Fernando del Valle de Catamarca, donde reflexionarán sobre la encíclica “Laudato si'” e intentarán consensuar una agenda ecológica regional.
No es un dato menor que la jornada sea motorizada, entre otros, por el obispo de La Rioja, monseñor Marcelo Colombo, quien acompañó los reclamos de vecinos y ambientalistas que se opusieron a un emprendimiento minero en la localidad riojana de Angulo, cerca de Famatina, y lograran que cesara en sus operaciones.
El prelado riojano dijo a DyN que en la reunión con los gobernadores se abordarán “temas de interés para el NOA” como la preservación del agua, los residuos, la megaminería a cielo abierto, la infraestructura ferroviaria y la necesidad de buscar acuerdos interprovinciales.
En tanto, la Comisión Episcopal de Pastoral Social alentó la unidad del movimiento obrero, querida por el Papa, con la visita de alguno de sus miembros a la sede Azopardo de la CGT, en la que hubo coincidencias con los jefes de las cinco centrales sindicales -que este viernes realizaron una movilización multitudinaria- en cuanto al “preocupante” contexto socio-político del país.
El organismo que conduce monseñor Jorge Lozano expuso también de qué lado va estar la Iglesia, al recibir y escuchar en la sede episcopal a los delegados de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular, el Movimiento de Trabajadores Excluidos, el Movimiento Evita, la Coordinadora Trabajadores Desocupados, la Corriente Clasista y Combativa y Barrios de Pie.
“Existe un agravamiento de la situación social en los últimos meses, que se suma a la insuficiencia de los anuncios presidenciales para paliar la crisis en los barrios más humildes”, alertaron los referentes de esas organizaciones.
Movimientos populares a los que el Papa supo definir como “poetas sociales” y a los que alentó a poner la economía al servicio de los pueblos, a unir los pueblos en el camino de la paz y la justicia, y a ponerse al frente de la defensa de la Madre Tierra.
No menos significativo fue el gesto de monseñor Miguel Angel D’Annibale al intervenir en los conflictos graves en las provincias de Santa Cruz y Tierra del Fuego, ambas dentro de su jurisdicción pastoral, buscando acercar a las partes al diálogo e instando a la paz social.
DyN.